Hotel Bodegas de Arnés** no está activo en Clubrural
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7.3
9.5
9.7
9.5
8.8
Hotel con glamour recien rehabilitado. Sedas italianas, espejos barrocos, ceramica manual. Un lugar exclusivo donde prevalece la calidad, el buen gusto y el trato amable respetuoso. Torre Arnes fue construida en el siglo XIX sobre las ruinas de un edificio del siglo XIV del que todavía se conservan sus bóvedas y bodegas.
Encontrareis nuestra casa llena de detalles. Hemos cuidado hasta el último rincón. Se han repicado y limpiado todas las paredes para recuperar la piedra y ladrillos de todo el edificio. Se han recuperado y rehabilitado las baldosas, (los primeros hidráulicos arabescos del siglo XIX de las bobilas de Barcelona), las barandillas, halconeras, y pasamanos también son las originales recuperadas. Se ha mantenido toda la estructura original de la casa adaptándola a las necesidades actuales.
La hemos dotado con una iluminación acorde con la casa, con su entorno y sobretodo ambiental y acogedora. En el mobiliario hemos buscado lograr un toque rústico, elegante y señorial combinado con algunos detalles modernos como cuadros y lámparas con matices de colores alegres para romper monotonías. Todos los elementos de menaje, cristalería, cubertería, etc… les hemos querido dar un toque glamuroso y personalizado acorde con el espacio en el que conviven. Además de todos estos elementos también ponemos nuestro trato propio, personal, familiar y humano, para que nuestros clientes se sientan como en su propia casa compartiendo con nosotros sugerencias, ideas y experiencias nuevas.
En este singular y apacible entorno, donde las estrellas brillan de forma especial, los sonidos son ecos sonoros musicales… esta mansión solariega alzada sobre un promontorio resalta y destaca su magnificiencia, diferenciandose de tantas otras construcciones a sus alrededores, irradiando de sus buenas y perceptibles energías a todo aquel que la divisa, invitandole a compartir su peculiaridad y sosiego de paz. En las habitaciones, la propia casa nos ha dictado su distribución, además de sacar a la luz sus paredes de piedra que contrastan con los colores del resto. Se ha hecho hincapié en los azulejos hechos a mano y con algunos detalles creados única y exclusivamente para esta casa. En el mobiliario se ha buscado la elegancia rústica contrastada con toques modernos en la iluminación.
Las telas se han elegido a base de sedas salvajes moharets para darle solemnidad y cieta ligereza juvenil por sus colores y brillos propios. Todo un conjunto que convive en armonía sugerente y dinámico con cierta fortaleza para invitarle al descanso, y pasar irrepetibles mil y una noches de ensueño.
Bienvenidos a esta casa singular situada en el mismísimo epicentro de los Pirineos y bajo la omnipresente mirada del monte “El Turbón” que desde tiempos inmemorables se sabe que desprende grandes cantidades de energía.