El segundo día fué aún más maravilloso.
Al mediodía disfrutamos del magnífico sol mientras hacíamos un solomillo de cerdo ibérico en la barbacoa espléndida de que dispone la finca.
Y por la noche, gocé con mi pareja al calor de la estupenda chimenea con la que cuenta la casa.
En fin que no dudaré en volver en cuanto pueda coger unos días de asueto.
Un saludo a todos y no dudéis en conocer Los madroños.
Al mediodía disfrutamos del magnífico sol mientras hacíamos un solomillo de cerdo ibérico en la barbacoa espléndida de que dispone la finca.
Y por la noche, gocé con mi pareja al calor de la estupenda chimenea con la que cuenta la casa.
En fin que no dudaré en volver en cuanto pueda coger unos días de asueto.
Un saludo a todos y no dudéis en conocer Los madroños.