Qué ver en Abalos

Abalos fue primero aldea de San Vicente hasta que consiguió emanciparse de ella para hacerse municipio de derecho. Cuando el rey Sancho el Sabio de Navarra dio su fuero a la villa de Laguardia en el año 1161, la zona denominada Sonsierra de Navarra (disputada entre Castilla y Navarra) abarcaba desde Soto de Iguiñez cerca de Viana, hasta Lagrán y hasta Burádon (incluyendo San Vicente y Abalos): pero en 1172 fortificada San Vicente queda la zona dividida en dos; la de Laguardia que abarca desde Soto Iguiñez hasta el río de las Cañas de Samaniego y la de San Vicente, desde Samaniego a Burádon, incluyendo a Abalos como una de sus aldeas.

En 1179, los pactos firmados por los reyes Sancho de Navarra y Alfonso VII de Castilla, establecieron como frontera de ambos estados, el río Ebro. Por esta razón Abalos perteneció desde entonces al Reino de Navarra y a la Merindad de Estella. En 1197 con motivo de la donación de Carlos III de Navarra a favor de D. Rui López, del lugar de Abalos, estos trataron de independizarse de San Vicente para conseguir autonomía municipal. En 1397, Carlos III de Navarra concedió a Rui López de Dábalos el pueblo, con todos sus terrenos y derechos excepto los reales de soberanía y apelación al tribunal del Rey.

En el siglo XV, consta Abalos como aldea perteneciente a San Vicente de la Sonsierra. En 1430, el Señorio de San Vicente fue donado por Juan II de Navarra al general Pedro Velasco, pasando después a ser tutelada su propiedad por diferentes linajes hasta recaer en Juan Hurtado de Velasco, Conde de Castilnovo.

Consiguieron la independencia, aunque sólo en parte en 1657 con el consetimiento de D. Juan Mateo Hurtado de Velasco, Conde de Castilnovo y Señor de San Vicente por Real Cédula expedida en Madrid el 7 de octubre de 1657, mediante el servicio de 449.800 maravedís y definitivamente en 1726, mediante la entrega de 53.500 reales de vellón. Dicha historia queda en gran parte escrita y tallada en piedra en los escudos de sus casas señoriales.