Qué ver en Esgos

Las tierras de Esgos son conocidas por acojer el eremitorio conservado más antiguo y original de Galicia, pero tambien por ser cuna de una importante artesanía tradicional representada por cesteros, alfareros y sobre todo por sus célebres afiladores.

Un monumento único en toda Galicia.

El monasterio y eremitorio de San Pedro de Rocas posee un carácter especial entre todo el patrimonio gallego. Por un lado, su origen se remonta a los incios del cristianismo y de la vida monástica en Galicia. Por otra parte, resulta originalmente integrado en su entorno, al servirse de una montaña como elemento condicionante de toda su estructura.

El monasterio data del año 573 y aparece estrechamente relacionado al evangelizador de la época sueva San Martiño Dumiense. Por tanto, fue uno de los primeiros de la ‘Rivoyra Sacrata’ y es muy probablemente el más antiguo conservado de Galicia y uno de los de Europa. En 1923 fue declarado monumento histórico-artístico.

El singular conjunto de S. Pedro de Rocas consta de tres naves excavadas en el interior de una descomunal roca del Monte Barbeirón. Se piensa tambien que la ubicación de las tres naves en el interior de la gigantesca piedra resultó del aprovechamiento de cuevas ya pobladas en la antigüedad. Características de notable originalidad son su campanario situado sobre una peña exterior o sus arcos labrados en los mismos muros. De valor incalculable son sus representaciones paleocristianas de la Diáspora Apostólica y sus famosos sacófagos de forma antropoide, excavados en la misma roca que sirve de planta a la edificación.

Tambien en Rocas encontramos el Pazo da Coutada, uno de los más interesantes y mejor conservados de la comarca.

Los alrrededores del monasterio de Rocas resultan ideales para la práctica de la escalada, mientras para la realización de rutas de senderismo es altamente recomendable la llamada ‘Ruta de la Calzada Romana’, próxima a la villa de Esgos y adecuadamente señalizada.

Junto con la vecina Xunqueira de Espadañedo, Esgos es una tierra de alfareros, concentrando la mayor parte de los artesanos y tiendas en el Alto do Couso. Llamada ‘Alfarería de Niñodaguia’, muestra unas características semejantes a las de Buño, Bonxe o Mondoñedo, empleando el torno rápido de dos piezas y un inovador proceso de vidriado de la cerámica. Sus creaciones abarcan desde diferentes figuras decorativas como hórreos y cruceros hasta útiles de gran originalidad como cuencas, jarras, tarteras, chocolateras o ataños para las queimadas.

Asimismo, Esgos es tierra por excelencia de los míticos afiladores, de los que queda alguno dedicado a este oficio en la comarca y aún recuerda su propia jerga, el Barallete. Otros oficios tradicionales que florecieron en Esgos y que perviven en manos de sus artesanos son los de zoqueiro, cerrajero, baquillero, cestero, cordero y albardero, autor este último de aparejos relacionados con la monta a caballo.

Tradicional en esta tierra es tambien la elaboración de diferentes dulces a base de castañas, que tienen su día grande en la celebración de un gran Magosto a mediados de Noviembre.