Qué ver en Miraflores De La Sierra

Esta pequeña localidad hasta el siglo XVII se llamó Porquerizas (Lugar de puercos o jabalies). Tomó el nombre actual del valle y río que pasa junto al pueblo y que se denominará Guadalix aguas abajo.

Tras numerosos conflictos, algunos armados y de gran virulencia, entre las comunidades de Villa y Tierra de Madrid y Segovia sobre a quien le correspondían estas tierras, Alfonso X el Sabio hacia 1268 las pone bajo su protección denominándolas Real de Manzanares y dando permiso para su repoblación a cualquiera de las dos comunidades sin prejuicio de a quien corresponderá posteriormente estas tierras. Así surgen definitivamente Manzanares, Colmenar, Guadalix, Porquerizas...

Carlos I en 1523 otorga a la aldea, el rango de villa, por el cual dejaba de depender jurídicamente de Manzanares, quedando capacitada para resolver sus propios asuntos. Aún seguía perteneciendo al señorío de los duques del Infantado, manteniendo su tutela hasta mediados del S. XIX en que se abolieron definitivamente los señoríos jurisdiccionales en España.

A finales de 1627 se cambia definitivamente la denominación de Porquerizas por la de Miraflores. Este curioso acontecimiento, aún sin aclarar suficientemente, se achaca a la presencia de doña Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV que, de camino hacia el Paular, hizo una parada en nuestro término en lo que hoy se denomina "la Parada del Rey" y admirada por el colorido del paisaje circundante exclamó "Mira, flores", proponiéndola sus palaciegos y cortesanos el cambio de nombre de la villa por esta expresión.

A finales de este mismo S. XIX, las familias pudientes madrileñas comienzan a levantar chalets de recreo para sus estancias estivales, dando así origen a una actividad que duró hasta la guerra civil española y que de nuevo resurgió desde la década de los años 60 hasta la actualidad.

Esto ha supuesto cambios en los hábitos tradicionales de su población que poco a poco va sustituyendo sus tareas agropecuarias por la de los servicios a la nueva población venida de fuera y que en la actualidad llega a multiplicarse por diez en los meses de verano.