Qué ver en Alcabon

El Topónimo “Alcabón" es de origen árabe y significa "bovedilla". Se supone que el origen del pueblo esta en unas casa de labranza, de hay su primer topónimo Casas de Alcabón.

El pueblo se documenta a partir de 1095 En 1156 Alfonso VII dona la aldea de Alcabón al Conde Nuño Petriz o Pérez de Lara. Luego éste entrega el castillo de Alcabón al arzobispo de Toledo don Juan, a cambio de "La Rinconada de Perales". Posiblemente fueron tierras de cultivo pertenecientes a la patrona de Toledo la Virgen del Sagrario. El 30 de abril de 1179 la Reina Leonor de Inglaterra, esposa de Alfonso VIII donó este pueblo de Alcabón a la capilla de un santo inglés, Santo Tomás Cantuariense, situada en el recinto de la catedral de Toledo. Desde entonces quedo bajo el señorío del cabildo catedralicio. En 1234 figura este pueblo y Cespedosa entre las aldeas de la iglesia de Toledo. Permaneció bajo el señorío de dicha iglesia hasta que fue vendido junto con Torrijos y Gerindote en 1482 a Gutierre de Cárdenas, comendador mayor de Santiago y contador real de los Reyes Católicos. Es el padre de Diego de Cárdenas primer duque de Maqueda, por lo que esta villa terminó formando parte de su señorío. Precisamente fueron los duques, los que proporcionaron a Alcabón el titulo de villa, lo hicieron por el importante crecimiento de la población de 45 vecinos pasaron a ser 106. De esta familia procede el escudo del pueblo. Dividido en dos campos verticalmente en el de la izquierda aparecen dos lobos de sable andantes, uno sobre otro, sobre campo de oro con bordura de gules y veneras de oro. En el campo de la derecha el royo de la villa sobre azul. Esta timbrado con la corona real. Durante la Guerra de la Independencia sufrió gravemente las acciones violentas de los franceses que pensaron que los ejércitos españoles se establecerían en este punto por eso el general francés La Piche mando saquear y destruir el pueblo. Consecuencia también de aquella guerra, es el asesinato de la joven petra Corral que resistió heroicamente los intentos de violación de los “gabachos” fue asesinada y enterrada en la labranza de Villaseca. Aquí empieza la leyenda porque cuando el suceso fue olvidado por los vecinos, en el lugar de su enterramiento nacían azucenas repetidas veces sin que nadie las sembrara hasta que unos agricultores intentado descifrar el misterio excavaron y encontraron el cuerpo de la joven que fue trasladado a la iglesia parroquial en 1814 donde se coloco una lapida para perpetuar su memoria. Sin embargo en la Guerra Civil de 1936 se podría decir que fue uno de los pueblos que menos la padeció.