Qué ver en Albinyana

Municipio del Baix Penedés, al límite con el campo de Tarragona. El término municipal tiene 19,46 Km2., y se extiende desde la Sierra del Quadrell, hasta la riera de la Bisbal, que drena el término. La parte montañosa está formada principalmente de bosque de pinos y encinas.

El pueblo (198m. de altitud) se encuentra situado al pie de la sierra del Quadrell a 2 Km. de la carretera del Vendrell a Valls. Dentro del término hay, además, el pueblo de Les Peces, la vecindad de las Masies del Torrent y el antiguo Terme de Tomoví.


Sobre el origen del nombre del pueblo, José M. Inglés cee que proviene de Albininia, femenino del nombre romano Albinus. Según Moreu-Rey, podría ser un traslado de nombre geográfico italiano, seguramente ligur. Otra versión insinúa que puede venir de la palabra celta "alp", que significa montaña alta. La versión más probable es que se trate de un antropónimo latín.

Dentro del término se han encontrado restos arqueológicos que van de la Edad del Bronce, con antigüedad de 3500 años, hasta la época ibérica y romana. Los restos más importantes son los de la Cueva de Vallmajor, en la Sierra del Quadrell, donde hay un interesante conjunto de pinturas rupestres de tipo esquemático.

El nombre de Albinyana sale por primera vez en un documento escrito el año 1010, en el testamento de Adalbert, el cual dejaba el castillo de Albinyana entre otras donaciones al Monasterio de Sant Cugat del Vallès.

Según el Cartulario de Sant Cugat del Vallès, la fundación de Albinyana fecha en el año 1040, cuando el Abad Guitart del Monasterio, da Carta de Población a Bernat Oleguer, con la condición que edificase un castillo y procurase poblar el lugar, dandole la mitad en arrendamiento y la mitad en posesión para él y en posteridad. Entre otras condiciones, el abad se guardó el privilegio de nombrar al capellán o rector de la iglesia del castillo.

El 1232, el rey Jaime I confirmó al Monasterio de San Cugat todos los privilegios concedidos tanto por él, como por sus sucesores, mentando también, entre otros, al castillo de Albinyana y al de Tomoví.

Así pues, des de los primeros tiempos de la Reconquista y hasta el año 1835, en que se extinguieron las señorías, Albinyana estuvo bajo el dominio de los abades de Sant Cugat del Vallès, barones de todo el territorio.