Qué ver en Arraia ( Maeztu )

El extenso municipio de Arraia-Maeztu pertenece a la cuadrilla de la montaña alavesa. Formado por varios valles en torno a los arroyos Berron (Valle de Arraia) y Musitu (Valle de Laminoria), este extenso municipio está rodeado de los montes de Iturrieta y Vitoria.

Junto al municipio de Arrraia-Maeztu, el municipio de Bernedo, comparte uno de los parques naturales mas importantes de la Comunidad Autonoma de Euskadi, el parque Natural de Izki, con una importante variedad de fauna y vegetación.

Como elementos destacables hay que mencionar la Laguna de Olandina, pequeño humedal de origen diapírico, que constituye uno de los escasos enclaves naturales donde es posible contemplar la espectacular floración del nenúfar blanco.

A su vez el barranco de Igoroin, ubicado en los montes de Iturrietas, se trata de un claro ejemplo de simetría de vegetación, con hayedos en las umbrías y quejigales en las solanas.

En los bosques de este municipio encuentran refugio mamíferos como el lirón gris, la gineta, la garduña, el gato montés o el jabalí. Entre los saurios, el lagarto verde ocupa bosques de frondosas, así como, landas y campiñas.

Entre las aves destacamos el águila real, halcón peregrino, alimoche, buitre, pico mediano, murciélago, etc. Entre los campos de cereal encontramos perdices y codornices.

La villa de Maestu aparece con varios nombres a lo largo de la historia en la Reja de San Millán.

Los primeros señores de la villa fueron D. Juan Ruiz de Gaona y Catalina de Rojas. El título de señorío le fue concedido por el rey Enrique II de Castilla el 12 de Mayo de 1369 en Alcalá de Henares. Los señores de Gaona, en el siglo XIV, construyeron una torre-fuerte y posteriormente, en el siglo XVII, la reformaron convirtiéndola en un palacio. En 1589, al morir sin descendencia D. Pedro de Gaona, pasa a pertenecer de nuevo a la Corona durante cuarenta y tres años.

En 1632, D. Diego Sánchez de Samaniego y Gamarra compra la villa al rey Felipe IV, así pasa a ser de nuevo señorío. Uno de sus propietarios fue el fabulista D. Félix Maria de Samaniego.

Por su enclave, la villa fue notoria en la guerra de la Independencia, pero tuvo más importancia en la primera guerra carlista, al ser baluarte del gobierno durante quince meses y hacer frente a Zumalacárregui en abril de 1835. Los defensores de la villa, mandados por el general Córdoba, desmantelaron todas las fortificaciones para que no fueran aprovechadas por el enemigo en su retirada. En un documento fechado el 7 de Abril, el general reconoce el valor de la villa.
Su prosperidad fue notable en el siglo XVIII, debido a las ferrerías que tenía, y posteriormente, a comienzos del siglo XX, con las minas de asfalto.

En la Plaza Mayor se halla la fuente de los Ocho Caños, construida en 1865. Es de piedra, octogonal y labrada, cercada con una verja de puertas.