Disfrutamos este verano 10 días de esta preciosa casa de montaña situada a pocos kilometros de las playas, un lugar mágico, mucha naturaleza, tranquilidad, actividades diversas para nuestros hijos... La casa no le falta de nada, limpia, bien decorada, con todo lo que necesitas para un grupo grande como el de mi familia, que fuimos 17 entre padres, niños y abuelos. La atención y el trato de sus dueños es excepcional, nos aconsejaron donde ir y comer cada vez que se lo pedíamos. Es para destacar el porche grande que tiene y su cine, nos llovió en dos días y disfrutamos de nuestra gran sesión de cine! Gracias Luis y Errapel por vuestra atención.