Zona supertranquila y con unas vistas preciosas. Casa perfectamente equipada con todas las necesidades y algún que otro lujo. Los niños pequeños se lo han pasado en grande jugando en el parque infantil y saltando en la cama elástica. También bajaban todas las mañanas a recoger huevos para el desayuno y alguno hasta se atrevía a ayudar al pastor a ordeñar las cabras. El anfitrión muy amable y atento. Repetiremos.