La casa está genial para un grupo grande de gente. Nosotros fuimos 14 personas (con niños) y estuvimos muy cómodos. Salas comunes amplias para pasar el rato, habitaciones de estilo rural bien distribuidas y un patio techado junto a la piscina bien equipado (aunque echamos en falta un fregadero y algún armario o mueble con vasos y platos). El dueño, Eduardo, nos enseñó cada rincón de la casa muy amablemente y, aunque no pudimos despedirnos en persona, fue un placer tratar con él.