Estuvimos un fin de semana 5 adultos y cuatro niños y disfrutamos mucho. La casa es acogedora, sencilla, práctica y hecha con muy buen gusto. Lo mismo que la finca en la que está, muy bien cuidada y muy bonita, lo suficientemente grande como para que los niños vivan aventuras pero no tanto como para que se pierdan. El embalse está a un paseíto de nada. Los dueños viven en una casa en la misma parcela pero no es un inconveniente sino todo lo contrario, te dan todas las facilidades si los necesitas y son encantadores. Ninguna pega, de esas casas de las que cuando te vas haces propósito de volver.