Hemos pasado un puente de Sant Joan fantástico en Mas Ros. La ubicación de la casa no puede ser mejor: a medio camino entre la costa y la Garrotxa, y con Banyoles a un tiro de piedra. La casa es muy agradable y el trato inmejorable. Mimoun, la encargada de la casa, nos ha regalado alguno de los mejores recuerdos del viaje. Los desayunos son abundantes y sabrosos (probad los bizcochos de Mimoun). El lugar es tranquilo, la piscina una delicia. Os la recomendamos. Nosotros fuimos con nuestra hija de 3 años y se lo pasó fenomenal. Susana y Walfrido.
Publicado el: 27/06/2011