Castillo

La historia del castillo es la historia de la propia ciudad de Xàtiva. Ya el poeta latino Silius Itálico (25-101 d.C.) en su poema sobre la segunda Guerra Púnica cita "Saetabis celsa arce, Xàtiva con su alto castillo", de tal manera que ya existía en época romana y aún antes, en época ibérica, por lo que el origen de este castillo, se pierde en la noche de los tiempos.

Su importancia estratégica viene dada por estar en la Vía Augustea o Hercúlea que, desde Roma, por los Pirineos y bajando por la costa mediterránea se dirigía a Cádiz y Cartagena.
En 1806 el castillo de Xàtiva fue sitiado durante cuatro meses, desde abril hasta agosto, por Al-Qadir, rey títere de Toledo, acompañado por mercenarios cristianos castellanos. Cuando los setabenses, que entonces pertenecían a Al-Hayid Mundir, de Denia, llamaron a los mercenarios catalanes de Guitart, Al-Qadir abandonó vergonzosamente el sitio. En 1092 este castillo cayó en manos de los almorávides, y los castellanos de El Cid siempre pasaron por su lado sin atreverse a sitiarlo.

En 1145 hubo una sublevación general contra los almorávides y el castillo de Xàtiva fue asediado desde abril a agosto de aquel año por Marwan Abd-al-Aziz, gobernador de Valencia; los almorávides fueron expulsados. En 1171, los almohades se apoderan del castillo de Xàtiva como de todo Al-Xarq (=Levante). Yusuf, emir al-Munimin, califa almohade al regresar de la expedición contra los cristianos de Huete visitó el castillo de Xàtiva el 10 de agosto de 1172, y al día siguiente, que era viernes, dirigió la plegaria desde la mezquita mayor de la ciudad. A veces los cristianos hacían expediciones militares por la región pero nunca osaban atacar el castillo de Xàtiva por su dificultad; así, Alfonso II de Aragón, en mayo de 1174, y Alfonso VIII de Castilla en 1211, pasaron de largo.
El castillo tuvo un especial protagonismo durante las Germanías, ya que se apoderaron de él los agermanados y fue asediado infructuosamente por el virrey de Valencia.

Durante la Guerra de Sucesión, en diciembre de 1705, el castillo fue fortificado por el general austriacista Basset, que reconstruyó murallas y torres. El 24 de mayo de 1707, un mes después de la batalla de Almansa, la ciudad y el castillo fueron atacados por los "botiflers" o borbónicos, castellanos y franceses, a los que dirigía el cruel d´Asfeld. El 6 de junio capituló el gobernador Miquel Purroy y el comandante inglés Campbell. Días después fue quemada la ciudad. El terremoto de 1748 lo destruyó bastante, pero aún fue utilizado en 1812, durante la guerra del Francés, por el mariscal de Napoleón, Suchet, que al retirarse dinamitó algunas partes. También fue utilizado durante las guerras carlistas. Después, un castillo que siempre había sido de jurisdicción real, pasó a propiedad particular. Entonces fue reconstruido, en parte, muy desafortunadamente, pero todavía conserva las murallas, muchas torres y puertas medievales, los aljibes, etc.