El Castillo de Santa Ana es una fortaleza que se encuentra en la localidad valenciana de Oliva. En 2002 fue declarada como Bien de Interés Cultural. En 1585 se dispuso el castillo, encargado por Felipe II años antes. Está construido en lo alto de una colina, sustituyendo lo que fue una antigua ermita. La construcción de origen militar servia para defender a la ciudad, pudiendo ver desde su altura los enemigos que se aproximaban desde el exterior. Su estilo artístico es puramente renacentista. Contaba con escasos elementos defensivos, lo más recargado eran las torres, preparadas para proteger la edificación