Este topónimo parece evidenciar la repoblación por castellanos viejos, a lo largo del siglo XII.
Se han encontrado testimonios cerámicos de la cultura celtibérica y después de la cultura romana. En el siglo XIII se cita, en documento mozárabe, la alquería de Casas Bonas. En el siglo XVI se dice que Casas Buenas estuvo, hasta mediados del siglo XV en la dehesa de Beja Muñoz. En la segunda mitad del S. XVI en su término figuran las dehesas de La Higueruela y de Santa Catalina. La mayor parte de las tierras del término son de doña Isabel de Castilla, que se las arrienda a los vecinos.