Sita al oeste de la provincia, en pleno Aljarafe.
Tuvo su origen como villa romana y alquería árabe. En el repartimiento de Sevilla fue dada a la Orden de Santiago en la persona de su maestre Don Pelay Correa, en 1253.
Desde fines del siglo XIV, fue constituida como centro administrativo y judicial de las villas y lugares pertenecientes a la Orden de Santiago en el Aljarafe, y en ella se creó una vicaría dependiente del priorato de San Marcos de León, hasta que, creado el obispado de Llerena, quedó como dependencia intermedia entre el priorato y la vicaría. En 1831 dejó de ser cabecera de la Orden de Santiago.