Qué ver en Palenzuela

Palenzuela se encuentra situada al norte de la comarca conocida como el Valle del Cerrato, muy cerca del límite con Burgos. Dista 39 km de la capital palentina, y por sus cercanías transita la carretera N-620, llamada Autovía de Castilla. La villa descansa en la ribera del río Arlanza, sobre la ladera sur del cerro de la Cuesta de la Horca. En Palenzuela encontraremos una insospechada riqueza monumental, en consonancia con su importancia histórica, como recuerdos de la pasada grandeza.

Este pueblo, hoy refugiado en su vida rural, fue en otros siglos cabeza o alfoz de la Merindad del Cerrato. Destacó como morada de reyes, lugar de cortes, donde se reunieron durante el reinado de don Juan II, y señorío de os almirantes de Castilla. Encontrándose en Palenzuela la reina Isabel de Castilla, recibió la buena nueva de haber sido sometidos los sublevados de Burgos. Los reyes daban la villa como regalo señorial a sus esposas, por lo que disfrutó de fueros y privilegios. De aquel pasado tan brillante conserva Palenzuela admirables testimonios.

Es impresionante por su magnificencia la iglesia parroquial de San Juan, del siglo XVI. Su interior de tres naves cubiertas con bóveda de crucería alberga esculturas, pinturas, retablos y sepulcros de los siglos XIV la XVIII. Sobresale el políptico de autor anónimo, fechado en el siglo XVI, las pilas de agua bendita platerescas del mismo período, el retablo de Santa Eulalia, obra del escultor Hernando de la Nestosa, también renacentista, y los sepulcros de doña María Rodríguez de Castro, plateresco, y de los miembros de la familia Fernández Salazar. También conserva el órgano del siglo XVIII y buenos ejemplares de ropas litúrgicas y de orfebrería religiosa. La iglesia de Santa Eulalia es más antigua, un templo gótico del siglo XIV. Además, Palenzuela tuvo una judería de la que se conservan vestigios en uno de los más típicos barrios del pueblo. Conserva asimismo bastantes casas blasonadas y, en las afueras, los restos de un convento franciscano.