Qué ver en Zugarramurdi

Ubicada muy cerca ya de la frontera con Francia, al sur del relieve orográfico que marca la cubeta de Sara / Ainhoa, accedemos a Zugarramurdi por la carretera local que se desvía de la N-121, de Pamplona a Francia.

Resulta inevitable percibir su paisaje como envuelto en un halo esotérico y de misterio ya que, en efecto, Zugarramurdi es famosa sobre todo por los procesos inquisitoriales y las oscuras actividades que tenían lugar en sus cuevas y grutas, allá por el año 1600.

Se han vertido ríos de tinta sobre esta historia pero, sucintamente podemos decir que el proceso de la Inquisición contra 40 vecinas del pueblo a las que se imputaban prácticas de brujería, concluyó en 1606, con la muerte de doce de ellas en la hoguera. Para conmemorar este suceso, una vez al año se celebra un curioso "akelarre gastronómico", el "zirro-jatea", en el que se degusta el típico carnero asado.

A superstición, leyenda e historia verdadera viene a sumarse la existencia de unas cuevas en las afueras de la localidad, con restos arqueológicos, testigos de su utilización desde tiempos remotos, como el marco perfecto para dejar su especial impronta en el viajero. Tradicionalmente asociadas a "akelarres" y ritos satánicos, las cuevas constan de una gran cavidad natural de unos 100 metros, con algunas ramificaciones y, en su parte inferior la galería por la que discurre el arroyo "Infernuko Erreka". En la actualidad, estas cuevas están habilitadas con fines turísticos para que puedan ser visitadas e incluso albergan algún espectáculo relacionado con la tradición de las brujas.

Ya dentro de la localidad y para contrarrestar tanta influencia satánica, podemos admirar la Ermita de Nuestra Señora del Rosario y la Iglesia de la Asunción.