El municipio de Las Rozas es uno de los más extensos que componen la actual Comunidad Autónoma de Madrid.
La orografía de la zona se corresponde con la de monte bajo y secano, surcado por ligeras ondulaciones que se convierten en profundos barrancos en su parte norte. En la vegetación predominan los matorrales, jarales y carrascales, si bien en el pasado abundaban los densos bosques de encinas y enebros que, después de pasar por distintos estados de degradación, se encuentran en la actualidad totalmente dispersos y con una regeneración prácticamente nula. La Diputación Provincial llevó a efecto en el término, después de nuestra guerra, la repoblación forestal de 120 hectáreas de pino piñonero y ciprés piramidal. Con esta repoblación se consiguió reconstruir, en parte, la antigua Dehesa. La zona de mayor valor ecológico es la correspondiente a la parte norte del municipio. Las tierras de labor han desaparecido en su casi totalidad al ser ocupadas por las múltiples urbanizaciones realizadas a partir de los años 70.
El único curso fluvial existente en el término municipal es el del río Guadarrama, cuyo cauce es compartido con los municipios de Galapagar y Villanueva del Pardillo, pues en él está establecida la línea de demarcación de Las Rozas con ambos términos. La etimología del nombre Guadarrama denota su origen árabe y significa «río de arena» (con este nombre de Guadarrama figuró durante muchos años el «aprendiz de río» Manzanares, que luego pasó a llamarse río de Madrid hasta que posteriormente le bautizaron con el de Manzanares). También existen multitud de cauces de arroyos, normalmente secos a lo largo de todo el año.
En cuanto a la fauna, también se encuentra prácticamente extinguida; solamente perduran los animales y aves menores, tales como lagartos, sapos, largartijas, urracas, carboneros, mirlos, etc.