Recinto Amurallado

Recinto Amurallado

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Aunque desde el punto de vista arqueológico no poseemos datos que ratifiquen este origen, el conjunto defensivo de Buitrago presenta numerosos elementos de4 tradición andalusí, como son el acceso directo entre torres, el uso de tapial y la existencia de una coracha. En cuanto a su cronología, la fase mas antigua corresponde a los siglos X-XI, aunque no sabemos si estos restos pertenecen a las murallas primitivas o a reconstrucciones posteriores realizadas por los cristianos. Tanto en la segunda fase constructiva de la muralla, de mampostería encintada, quizá del siglo XIII, como en las posteriores, también se aprecian elementos mudéjares; de todos ellos, tiene una importancia especial el arco de ingreso al recinto amurallado.


La muralla ofrece sus cotas mas altas en su parte Sur; esta parte, expuesta a los posibles ataques, posee también mejores elementos defensivos. Además de la muralla y de las numerosas y altas torres se construyó un antemuro mas bajo que reforzaría los espacios libres mal defendidos. La puerta principal de entrada al recinto, situada en esta zona, se protegió con una gruesa torre pentagonal. El resto de la muralla, que se asienta directamente sobre la roca, tiene menor altura y grosor, ya que el foso creado por el cauce del río hace innecesario elevar la fortificación. El recinto fue reforzado por los Mendoza en los siglos XIV y XV, con numerosas intervenciones que se centran en el lienzo meridional y en el castillo. Todas las torres, excepto la del Reloj, son de planta cuadrada y presentan dos cuerpos; el inferior es macizo, mientras que el superior, diáfano, estaba ocupado por una habitación iluminada con ventanas de arco de medio punto. La protección de esta parte de la muralla se completó con una barbacana, muro adelantado defendido con torres cuadradas, que recorrían todo su frente, aunque solo se conserva en la zona Oeste.

Finalmente, se puede observar un elemento denominado coracha, de origen islámico aunque utilizado después por la arquitectura cristiana. Se trata de un muro que parte del sector meridional del recinto prolongando el lienzo Sur de la muralla y que probablemente tenia varias funciones: defender el acceso al puente que existía en este lugar, proteger la recogida de agua del cauce del río, garantizando el suministro a la población intramuros, y reforzar el recinto en una zona donde el río se puede cruzar por un vado natural.

La puerta de la Torre del Reloj y otros accesos al recinto.

El acceso principal al recinto se realiza a través de la torre llamada del Reloj. A esta entrada se llega por la calle del Arco que se va estrechando de manera progresiva hasta obligarnos a girar a la izquierda, reproduciendo un recodo que después se va a repetir en el pasadizo interior de la puerta. Entre los siglos XII-XIII se reformó una puerta anterior a la que se añadió una torre pentagonal como refuerzo. El ingreso al recinto se realiza a través de un alto arco de medio punto que cobija a otro interior, ojival, y abovedado con sillares de piedra. La altura de la torre también es modificada, ya que toda su estructura es recrecida. La fabrica de esta fase constructiva es de mampostería con refuerzos de sillares en las esquinas. Además de esta puerta principal, existen otras dos entradas: una, en el centro del flanco Oeste, conocida como Arco del Piloncillo, un pequeño vano constituido por un arco doble de medio punto de ladrillo; otra, al Este, junto al castillo y que parece romper la fábrica original de la muralla.

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