Qué ver en Villanueva Del Arzobispo

Villanueva del Arzobispo se encuentra situado en el extremo oriental de la comarca de La Loma y Las Villas en la provincia de Jaén. Limita al Norte con Sorihuela del Guadalimar y el río Guadalimar; al Este, con Beas de Segura; al Sur, con el río Guadalquivir, Villacarríllo y parte de los términos municipales de Santiago-Pontones e Iznatoraf y al Oeste, con Iznatoraf. El municipio está localizado en el valle formado entre los ríos Guadalimar y Guadalquivir, como en un promontorio que, divide la tierra estéril de la fértil. Tiene una altura sobre el nivel del mar de 685 metros y el punto más alto de su término se sitúa a 1728 metros. El municipio tiene una extensión de 175 Km2.

Sus límites naturales son al Norte, el valle del Guadalquivir y la Sierra de Cazorla; al este las tierras que dan acceso a la zona de la Sierra, y al Sur, con las últimas tierras de la zona de Úbeda. Parte de su término municipal se encuentra bañado por los ríos Guadalquivir y Guadalimar, lo que da lugar a tierras fértiles que propician cultivos agrícolas. Es muy importante en este municipio la industria oleícola y cuenta con una de las cooperativas de fabricación de aceite más grandes de nuestro país.

Económicamente Villanueva del Arzobispo es, esencialmente, una población que vive y depende del olivar. Además posee una importante industria floreciente, así como un estable e importante sector comercial.

El origen de su nombre viene de una Carta de Privilegio, que se conserva en el ayuntamiento de la Villa, dada por el rey Don Enrique al arzobispo de Toledo, Don Pedro Tenorio, autorizando en el año 1396 que el lugar llamado la Moraleda pase a llamarse Villanueva del Arzobispo. Por esta Carta de Privilegio queda fundada la ciudad con una serie de ordenanzas y fueros y la obligación de los vecinos de cercar la ciudad en cinco años.

En época árabe Villanueva era una de las fortalezas que reforzaban a la villa de Iznatoraf, llamada La Moraleja. Tras la conquista por Fernando III el Santo de Iznatoraf, esta aldea de La Moraleja fue donada por el rey al Adelantamiento de Cazorla. En 1396, el arzobispo de Toledo, don Pedro Tenorio, le concedió el título de Villa, adquiriendo jurisdicción propia y convirtiéndose en el núcleo comercial más importante del señorío de Cazorla. Destacó por su producción de harina, con numerosos molinos harineros que jalonaban el paso del río Guadalquivir. Miguel de Cervantes vivió durante un tiempo en esta villa, en 1592, como recaudador de impuestos de trigo. Felipe II le concedió la jurisdicción criminal en el año 1573. Recibió el título de ciudad de manos del rey Alfonso XIII en 1920.

Rodeada de un paisaje de olivares y campos de cereal, son varios e interesantes los lugares que pueden considerarse de interés y puntos indispensables para una visita turística a Villanueva del Arzobispo. Además de los edificios histórico-religiosos, parroquia, convento de Santa Ana, Santuario, el casco urbano central de la ciudad está integrado por una serie de edificios de corte arquitectónico muy interesante, tanto en sus fachadas como en el interior de los mismos. En la calle Ramón Millán se pueden contemplar varios de estos edificios en los que destacan las fachadas de piedra de sillería con motivos ornamentales en la misma. Pero, sin lugar a dudas el edificio emblemático por naturaleza es la Casa de los Arcos, una edificación señorial que fue llevada a cabo en el primer tercio del siglo XX. Su fachada está presidida por seis arcos coronados por otros tantos jarrones de cerámica. Las ventanas han sido terminadas con rejas de hierro labrado y la hermosa puerta de madera de la entrada principal, está adornada con dos llamadores dorados. En su interior se puede apreciar, el fantástico patio de estilo mudéjar que parece traído de uno de los salones que conforman el palacio de la Alhambra de Granada.

En la confluencia de las calles Palma, Antonio Machado, Miguel de Cervantes y Carrera, se encuentra otro edificio interesante el antiguo Círculo Mercantil, en cuya fachada semicircular pueden apreciarse bellísimos motivos labrados en piedra. En su patio interior existe una colección de azulejos en relieve con representaciones de los pasajes principales de la obra cervantina El Quijote. Además en su casco urbano se encuentran monumentos como la Iglesia de San Andrés, la Iglesia de la Vera Cruz, la Iglesia del Convento de Santa Ana, el Santuario del Calvario y la Plaza de Toros de estilo neomudéjar, construida en 1928, que es otro lugar atractivo que forma parte consustancial de la ciudad. En las afueras se encuentra el Santuario de la Virgen de la Fuensanta, patrona de esta sierra.

Aprovechando su privilegiada situación geográfica, ya que parte de su término está incluido en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el mayor espacio protegido de España, laberinto orográfico de valles, calares, tajos, montañas y altiplanos de gran importancia hidrológica por la gran cantidad de ríos y arroyos que de él manan. Villanueva del Arzobispo, como puerta de entrada a uno de los Parque Naturales más extenso de España, ha preparado una completa infraestructura hotelera y de restauración, con el fin de dar respuesta adecuada a la demanda turística de la zona. De tal forma que el visitante encontrará, además de una ciudad bella y tranquila donde podrá adentrarse en la historia y en las tradiciones populares, establecimientos hoteleros altamente cualificados para encontrar el confort y la tranquilidad que merece. Además, podrá degustar la típica cocina andaluza y, en especial, los platos genuinos del lugar. Pesca de trucha, barbo, etc. además de la posibilidad de adentrarse en los lugares más recónditos del Parque Natural por diversas rutas, para conocer de cerca su fauna, flora y contemplar los maravillosos parajes que ofrece éste, en cualquiera de sus rincones. De todo lo cual se deriva que es uno de los espacios naturales más visitados y frecuentados del país.

Respecto a la artesanía del lugar, destacar la ebanistería, calderería y la talla de la madera; también son muy apreciados los bordados de las monjas dominicas del convento de Santa Ana.