Perarrua

Qué ver en Perarrua

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Foto: dolmenhir

Municipio de la provincia de Huesca con una extensión de 30,1 km2. Situado en el este de la comarca de La Ribagorza, limita con los municipios de Graus al suroeste, al sur y al oeste, de Santa Liestra y San Quílez, al norte y de Tierrantona, al noreste, ya en la comarca del Sobrarbe. Comprende, a parte de la capital Perarrúa (Perarruga), Besiáns y otras aldeas despobladas como El Mon (Lo Mon) y Arués (Argüés).

El término es semimontañoso con las primeras estribaciones prepirenaicas, con alturas que oscilan entre los 500 metros del valle del Ésera hasta los 800 metros del monte de Calamoc. Hidrológicamente, destaca el río Ésera como curso fluvial más importante, acompañado de una serie de barrancos a ambos lados del valle (Barranco de La Corona, Barranco de Ribalarez, Barranco de Bazarán, Barranco de La Creu, Barranco de Besiáns, con la cascada o Salto de Baticambra, Barranco de Llumbana, etc.).

Por su situación entrada a las primeras estribaciones prepirenaicas (Sierras Exteriores), Perarrúa tiene un clima mediterráneo continental; con veranos calurosos, lo que conlleva una marcada sequía estival, los inviernos son fríos, entre los meses de noviembre y marzo con fuertes heladas y fenómenos de inversión térmica; la temperatura media anual oscila alrededor de los 13º C. Las precipitaciones son estacionales, teniendo su presencia en primavera y en otoño.

La economía se basa en el cultivo de cereales, olivos, árboles frutales destacando la pera de vergamota, huertas y pastos. La ganadería fue un pilar importante destacando el ganado porcino y el ovino; pero actualmente está en recesión.

El origen de Perarrúa se puede datar en la Alta Edad Media, donde aparece la primera documentación de la zona (siglo VI, en el testamento del diácono Vicente que cita Petraroveida en la Tierra Labitolosana). El nombre de Perarrúa, toponímicamente, presenta varios significados, aunque el más aceptado es de piedra roja.

Parte del municipio se vio afectado por la invasión musulmana cuyo límite septentrional se fija entre Perarrúa y Besiáns. En la zona sur, musulmana, se construyó un castillo, Qasr Muns, que posteriormente , ya bajo dominación cristiana, se denominó Castillo de El Mon o de Perarrúa. La importancia de esta construcción fue destacada en las luchas entre cristianos y musulmanes ya que dominaba todo el territorio, en la zona destacaron también los castillos de Besiáns, de Esvu o Castro Pelato, de Santa Liestra o de Fantova.

En el siglo XI la zona es recuperada por los cristianos (intervención del Rey Sancho el Mayor), sobretodo tras la caída del castillo petrarrubense. Posteriormente, el castillo se restauró para organizar la defensa del valle y preparar la conquista de Graus. Alrededor de la fortaleza quedaron establecidos algunos núcleos poblacionales.

En el siglo XII, bajo la influencia de Ramiro el Monje, comienza la reunificación del territorio con Perarrúa, Besiáns (que pertenecía a Santa Liestra), y Caballera, junto con otros núcleos poblacionales, aunque éste último paso a pertenecer a Santa Liestra y San Quílez en el siglo XIX.

Cinco siglos separan al casco urbano moderno de Perarrúa del antiguo, en relación con la época del castillo y de los edificios que sirvieron de base al actual núcleo de población.

Su casco urbano tiene un desarrollo longitudinal y paralelo al río, con una doble entrada: la original mediante un puente románico, y uno moderno, excesivamente cerca del antiguo, que ha estropeado el paisaje arquitectónico del primero. La calle principal, que atraviesa longitudinalmente el pueblo, pasa por la Plaza Mayor, zona centro del mismo con la iglesia parroquial de San Martín y con elementos arquitectónicos populares de interés como balconadas, etc. Las calles están pavimentadas con cemento. Hay una serie de callejones que dan directamente al río Existen edificios nobles, donde la piedra es base de la construcción. Llama la atención una casa con portalón de piedra, sobre el que se ve una hornacina vacía y encima un pequeño ventano-campanario; es la iglesia de Santa Ana. El Ayuntamiento, al igual que ésta, ocupa un edificio noble en la calle principal. Cuesta descubrir tanto el edificio civil como el religioso, porque ambos responden a las mismas características del resto de las casas alineadas a uno y otro lado de la calle. En la entrada del pueblo se encuentra la antigua escuela "Agrupación Sopena", actualmente vacía, prueba de la regresión demográfica del municipio y de la zona.

Los amantes de la naturaleza y de actividades deportivas al aire libre, van a encontrar en Perarrúa un entorno idóneo para la practica de los deportes conocidos como de aventura con más o menos niveles de riesgo. Son varias las empresas establecidas en la zona las que hacen posible realizar estas actividades aprovechando los recursos que la naturaleza amablemente a regalado al municipio de Perarrúa y su entorno, detallando seguidamente alguno de ellos.

Senderismo, son varios los recorridos y senderos que ofrece la zona con un nivel de dificultad medio-bajo, siendo su principal atractivo los numerosos elementos culturales que pueden visitarse como aldeas, pueblos, ermitas, puentes y construcciones románicas. También hay que destacar las panorámicas que sobre esta parte del Valle del Ésera se divisan desde los lugares más altos de Perarrúa-Besians, así como las vistas que se obtienen sobre las Sierras de Interior (Macizos de Trubón y Cotiella) y las Sierras de Exterior (Sierras de la Carrodilla y Güel).

La bicicleta de montaña, encuentra en el entorno pistas y senderos señalizados aptos, en su gran mayoría, siendo también su dificultad media-baja. El descenso por estas pistas resulta sumamente divertido, siendo necesario el uso del casco, algo de experiencia y un mínimo de prudencia.

Para los amantes de grado mayor de riesgo los barrancos laterales que descienden hasta desembocar en el río Ésera son los que ofrecen posibilidades para este deporte. En especial, el Barranco del Cabo de la Vila (o de El Mon) en Perarrúa. Se trata éste, de un descenso técnico con doce rápeles largos de los cuales alguno puede presentar dificultades en las salidas. Los grupos no deben ser numerosos y todos sus componentes han de tener la experiencia suficiente. Estos barrancos, en esta parte del valle, suelen llevar muy poco agua, por lo que su descenso deberá realizarse necesariamente tras lluvias que los limpien de maleza y que renueven el agua de las pozas.

El piragüismo es la estrella de los deportes de aventura en Perarrúa-Besiáns. El río Ésera goza, desde hace tiempo, de reconocimiento tanto nacional como internacional por parte de los practicantes de este deporte, siendo ya parte habitual del paisaje veraniego del río los numerosos grupos de aficionados. Al piragüismo ha venido a sumarse últimamente con gran éxito el rafting.

Que visitar en Perarrua

Puente Románico
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