Qué ver en Valdearenas

Valdearenas quedó en calidad de aldea incluida en el alfoz o término de Hita, tras la reconquista a los árabes de esta comarca, poblada ya desde remotos tiempos. Como la Villa de Hita, perteneció en señorío a los López de Orozco (siglo XIV) y Mendozas en su rama capital de los duques del Infantado (siglo XV y XIX). En 1630 consiguió Valdearenas el privilegio de Villazgo, concecido por Felipe III.
La tradición del pueblo dice que en el camino que va desde orillas del río Badiel hacia Hita, en el pago conocido por el nombre de Teina, hubo en muy remotos siglos un monasterio de monjas franciscanas, que luego emigraron a Guadalajara, uniéndose a la Comunidad de Santa Clara de dicha ciudad. Pero es solo una leyenda.

En lo más alto del caserío se ven hoy por hoy las ruinas de la que fue la iglesia parroquial, que tenía por nombre, Nuestra Señora de la Asunción. Era grande y de consistente construcción de sillería y mampostería caliza. Su fachada meridional es del siglo XIII.
No hubo suficiente dinero para terminarla, podemos contemplarla con sólo las basas de sus pilares y el trazo de sus muros, observándose las cornisas, claves de techumbres góticas, arcos torales, etc., por los suelos, junto a antigua lápidas funerarias con escudos tallados y nombres referidos a hidalgos de la villa.