Convento del Carmen

Convento del Carmen

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Puede decirse de este lugar que es uno de los más señalados lugares de la reforma carmelitana, y durante los siglos modernos, concretamente del XVI al XVIII, tuvo suma importancia por albergar en sus muros al generalato de la Orden.Por él pasaron las máximas figuras de este movimiento espiritual, y su historia inicial está íntimamente ligada a las más puras esencias del pensamiento de Santa Teresa de Jesús y a San Juan de la Cruz.

Nació esta institución monasterial en 1569, cuando Santa Teresa de Jesús viajó a Pastrana, al llamado de los duques de Silva y Mendoza, para fundar un convento de monjas.En el verano de 1569 se planteó la fundación de este cenobio, que en principio fue muy pobre, formado por pequeñas cabañas y un humilde templo, que además se incendió pocos años después, pero que siempre renació a más, y llego en poco tiempo, ya en le siglo XVII, a ser un gran monasterio con iglesia de perfecta traza, y un enorme edificio en que desde entonces se albergó un nutrido grupo de frailes carmelitas.

En 1836 hubo de ser evacuado por sus ocupantes a tenor de las disposiciones desamortizadoras del ministro Mendizabal, siendo finalmente ocupado por los Padres Franciscanos, que aún hoy lo regentan.

El núcleo principal del monumento lo constituye el edificio conventual, construido con muros de sillarejo e hiladas de ladrillo constituyendo el clásico aparejo castellano.Adjunta al convento está la iglesia, se trata de un extraordinario edificio de origen carmelitano, construido a finales del siglo XVI (1597-1600), y trazado por el arquitecto de la Orden fray Juan de Jesús María, prior de esta casa, con el diseño de su portada típicamente carmelita, debida al famoso arquitecto fray Alberto de la Madre de Dios, quien aquí vivió en sus últimos años.

El interior es de una sola nave, con tres tramos separados por pilastras de orden toscano y arcos de medio punto, cubiertas de bóvedas de cañón con lunetos, y un crucero poco acentuado en el que surge una gran cúpula hemisférica rebajada, sobre pechinas.

Este convento alberga un museo con una colección de siete grandes óleos que narran la llegada de Santa Teresa a Pastrana en 1569 y la fundación de los conventos, además de otras obras pictóricas y escultóricas, como el Cristo de la Verdad de Gregorio Fernández.

En otra planta encontramos el museo de Historia Natural con distintas especies animales traídas de Filipinas y Oriente Próximo.

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