Construcción de 1890, planificada y dirigida por el arquitecto Velázquez Bosco a instancias de la propietaria, Mª Diega Desmaissiéres, duquesa de Sevillano. Es un enorme templo de imitación bizantina, cuajado en su interior de mármoles de colores, amplias superficies de mosaicos, pinturas y esculturas románticas, entre las que destaca el grupo del enterramiento de la fundadora, que ocupa la cripta. Es, sin duda, el más impresionante de todos los edificios monumentales de Guadalajara.