Iglesia

Declarada también monumento, la iglesia fue erigida en los siglos XVI y XVII, según el proyecto de Gaspar de Vega (que trabajó en ella en el período de 1530-50, cuando trabajaba en el ala oriental del monasterio), por Francisco de Mora, asimismo autor del ala sur del monasterio, tras el cual intervinieron después Pedro de Tolosa, Pedro García de Mazuecos, Diego de Alcántara, Pedro de Lizargárate y Alonso Carbonell.

Se trata de una iglesia de grandes proporciones, toda ella construida en sillar, en planta de cruz latina y una sola nave, con cinco tramos y bóveda de medio cañón con lunetos, de los cuales los dos últimos están ocupados por un coro elevado, sujeto mediante un gran arco carpanel a la nave central.

Hay capillas laterales comunicadas entre sí.

El crucero está resuelto con una cúpula de media naranja, adornada con gajos sobre pechinas que se apoyan en un extraordinario ensamble de capiteles y cornisas toscanas, arranque de los arcos torales del ábside, nave y bóvedas del crucero.

La cúpula del crucero fue comenzada en 1597 por Antonio Segura y Bartolomé Ruiz, y terminada por fray Miguel Aramburu.

El ábside poligonal está precedido por un presbiterio de medio cañón y totalmente ocupado por un gran retablo. Una gran reja divide el templo al comienzo de la nave.

Dos torres de tres cuerpos rematados por balaustrada se elevan en el piecero, en cuyo centro se abre un acceso, con una gran puerta de dos cuerpos y tres calles formadas por columnas de tres cuartos, y rematada por un frontón ligado a la gran cornisa general del edificio, fuertemente resaltada por una sucesión de mensulones; un chapitel cubre exteriormente la cúpula del crucero, el cual arranca sobre un basamento de cuatro tímpanos con óculo central cada uno.

El ábside poligonal manifiesta cuatro contrafuertes cortados por varias cornisas y adornados con hornacinas de concha, que contienen tallas de extraordinaria calidad. Por el norte hay otro acceso de gran belleza.