Qué ver en Sisante

Villa manchega situada en el extremo sur de la provincia, en la vertiente meridional de la sierra del Cañavate, en el cruce de las carreteras comarcales 311 y 824.

Su conjunto urbano es de gran calidad, característico de las aglomeraciones de la Cuenca manchega.

Destacan elementos de caserío, palacios urbanos, ermitas..., así como espacios urbanos de interés, entre los cuales se pueden mencionar la plaza de F. Turégano, la calle del Convento y la calle del Santo Cristo. Parece ser que la fundación de la población es romana.
En este núcleo urbano se encuentran una serie de edificaciones de interés, civiles como el palacio urbano de la calle del Convento, del siglo XVII y con una enorme portada-escudo que ocupa sus dos plantas, además de una rejería de calidad; o el Ayuntamiento, un complejo edificio de dos plantas y torre, con fachada de composición ordenada alrededor de un eje de puerta, y edificio de calidad también ambiental, vinculado a un espacio urbano importante con la iglesia parroquial y el principio de la Alameda.

Pero también edificaciones religiosas, como el convento de las Nazarenas de Santa Clara, que contiene algunos magníficos retablos barrocos, o la ermita de San Bartolomé, en la calle del mismo nombre, del siglo XVII como el convento anterior, que es el cabecero cuadrado de otra antigua ermita.

Son religiosos también los dos edificios más importantes de la población, la ermita de la Concepción, del siglo XVIII, que cuenta en su interior con interesantes capillas, entre las que destaca la mayor, de traza excelente, con bóveda de media naranja sobre tambor y pechinas y magníficos frescos de gran calidad en su diseño en cúpula y paramentos; y la iglesia parroquial de Santa Catalina, situada en la plaza de F. Turégano, edificio de gran escala, cuya estructura puede ser del siglo XVII, aunque con una gran consolidación en el XVIII. Es de planta de cruz griega, con crucero de bóveda de pañuelo y bóvedas de cañón con ventanas en los brazos y el cabecero. Del brazo izquierdo sale la gran capilla del Rosario. Soportes de pilastras corintias adosadas. En el exterior, dos portadas, contrafuertes y una torre de tres cuerpos con remate de balaustrada.