El nombre de la plaza tiene su origen en el hecho de que, por su amplitud, era el lugar donde se celebraban los actos más concurridos, y en particular las carreras de caballos y corridas de toros; éstas tuvieron como escenario la Corredera hasta la primera mitad del siglo XIX. Espacio cargado de historia, la plaza fue testigo de las grandes proclamas, de las ejecuciones públicas, de autos de fe y de todos aquellos acontecimientos que convocaban al gentío. Su estructura actual responde al diseño que en 1683 determinara el corregidor Francisco Ronquillo, quien la mandó construir. También fue durante mucho tiempo el espacio del mercado que, ocupando el centro de la plaza, tuvo diversas instalaciones.
En fase de restauración, La Corredera está llamada a ser un lugar de encuentro de cordobeses y foráneos, que ya acuden a las terrazas de sus bares y cafeterías, y a las tiendas de antigüedades y artesanía instaladas bajo sus galerías porticadas.
Mas alojamientos en la zona: