Villa situada en la gran llanura manchega comunicada por carreteras locales con las poblaciones del entorno. Tiene vía férrea que divide el núcleo urbano, dejando a un lado un barrio de notables dimensiones.
En el límite de los términos municipales de Pedro Muñoz y Socuéllamos se encuentra el puente del Molino de la Torre, sobre el río Záncara.
Consta de tres ojos centrales iguales y uno menor cegado. En su acceso y sobre él hay restos de calzada, aproximadamente de 5 m de ancho. Antes existía un antiguo miliario de origen romano.
En la parte norte de la población se hallan los monumentos de interés en torno a la iglesia parroquial de la Asunción, de principios del siglo XVI.
Crucero y ábside pertenecen a una primera época gótica tardía mientras la prolongación de la nave con arcos de medio punto y bóvedas son de tipología renacentista.
Del siglo actual es la torre y dos pequeñas capillas en los brazos del crucero. En la sacristía se conserva un apreciable artesonado de casetones, setecentista.
Junto a ella la Casa Consistorial, dividida actualmente en viviendas, y la casa palacio de don Antonio de Mendoza, edificio solariego construido en 1514. Destacan sus portadas de 9 randes dovelas con blasones en la clave.
A las afueras, el santuario de Loreto, en 1630, lugar de romerías hacia el 8 de septiembre.