El poblamiento humano en alguna de las zonas del término se remonta a la época del Bronce. Destaca la ubicación de los poblados de Conena, els Castellets, el Solaig i Sant Antoni pertenecientes a la Cultura Ibérica a partir del siglo IV a.C. Los materiales son fundamentalmente cerámicas, aunque destaca el plomo escrito del Solaig y el bronce de Sant Antoni. Con la romanización la población se traslada al llano, donde se ubican vestigios en la Torrassa y la Bassa Seca. La dominación cristiana, a partir de 1233, no fue obstáculo para la pujanza económica de los pobladores musulmanes.
Un paisaje llano, con cultivos de naranja, huerta y secano, con un desnivel entre el 150% y el 2 %. Clima templado con medias entre 18 a 30º en verano y 5 a 20º en invierno. Altitud de 102 metros sobre el nivel del mar.