Qué ver en Portezuelo
Situado en la falda norte de la Sierra de Cañaveral, el terreno es accidentado por la Sierra de Portezuelo. El término es atravesado por río Tajo, sobre terrenos de riveros, donde predominan las dehesas y los campos de matorrales. Cerca del núcleo hay zonas de labor y algunas extensiones de olivar. Al norte predominan los pastos y las encinas.
El clima es de tipo mediterráneo subtropical. La temperatura media anual es de 16,6º. Los inviernos suelen ser suaves, con una temperatura media de 8,4º, alcanzando las mínimas absolutas valores de -2,9º. El verano es seco y caluroso, con una temperatura media de 25,7º y unas máximas que llagan a los 40º. La precipitación media anual es de 595,9 mm.
La formación vegetal autóctona es del tipo durilignosa con un bosque esclerófilo mediterráneo representado por la encina y el alcornoque, junto a otras especies que componen el matorral.
La tasa de actividad es del 48,4 por 100. En la distribución por sectores se aprecia un predominio del primario, que acoge al 67,2 por 100 de la población activa, seguido de lejos por los servicios (15,9), industria (12,6) y construcción (4,3).
La superficie labrada representa sólo el 10 por 100 de la superficie municipal. Entre los cultivos destacan los herbáceos (1.080 has.) y el olivar (112). El resto del territorio (90 por 100) tiene una dedicación ganadera al estar conformado en su mayor parte por prados y pastizales (7.505 hectáreas), así como superficies forestales (1.457 has.), e improductivo (1.937); este importante número es debido al embalse de Alcántara y a terrenos de fuerte pendiente. Entre las cerca de 2.000 unidades ganaderas censadas, sobresalen por igual el ovino y el bovino.
El nombre de Portezuelo lo toma el municipio del puerto por el que, en época romana, cruzaba la calzada de La Dalmacia que unía Coria y Alconétar. Hay documentación suficiente para asegurar que, ya desde época visigoda, hubo asentamientos humanos en los alrededores.
Se han encontrado restos de tumbas y construcciones en las dehesas del Prado y Valdíos que así lo confirman. Hacia el siglo XVII se vuelve a tener documentación sobre el municipio, cuando Carlos I concede a la villa el privilegio de poder examinar y dar sus correspondientes títulos a los maestros de cualquier oficio mecánico.
