Qué ver en Mirabel

El término municipal está atravesado por las alineaciones del denominado Arco de Cañaveral, prolongación de las estribaciones del Parque Natural de Monfragüe. Son relieves residuales que apenas sobrepasan los 700 metros. Destacan las sierras de Mirabel, Santa Catalina, De la Cueva, De la Perdiguera y las estribaciones de la de Herrera. A pesar de ello dispone también de extensas áreas llanas intramontañosas. El término está surcado por las cabeceras de numerosos arroyos que nacen en él, destacando los arroyos Barbaoncillo, De la Charca, del Rivero y la Rivera del Castaño.
El clima es de tipo mediterráneo subtropical. La temperatura media anual es de 16,9º. Los inviernos suelen ser suaves, con una media de 8º. El verano es seco un caluroso, con una media estacional de 26,9º. Las precipitaciones alcanzan un volumen anual de 842,2 mm.
La formación vegetal natural es del tipo durilignosa, con un bosque esclerófilo mediterráneo representado por la encina y el alcornoque, junto a otras especies que componen el matorral.

La tasa de actividad se sitúa en el 37,4 por 100. En la distribución por sectores se aprecia un predominio del agrario, que acoge al 75 por 100, completándose con el sector industrial (11,7), construcción (8,7) y servicios (4,6). Los condicionamientos naturales han provocado que las superficies forestales sean las más extensas (30 por 100), al tiempo que han limitado las tierras labradas (28,3 por 100); complementándose con los pastos, de secano, que cubren otro 10,1 por 100. La superficie agrícola está ocupada prácticamente en su totalidad por los cereales (62,4 por 100) y por el olivar (35). El regadío (0,46 por 100) se limita a pequeñas huertas de consumo familiar. La ganadería tiene un escaso desarrollo con menos de 1.000 Unidades Ganaderas. En cuanto a la estructura de las explotaciones, se da la dicotomía entre minifundio y latifundio, con un claro predominio de las explotaciones inferiores a 5 has. (81,6 por 100). (J.L.G.G.)

Desde la fundación de la ciudad de Plasencia en 1189, Mirabel formaba parte del llamado alfoz de Plasencia y por tanto estaba sometida a su fuero. Con la compra por parte de Pedro de Zúñiga de unos terrenos y del control de los tributos de esta aldea, se inicia el proceso de independencia del lugar. A la muerte de Álvaro de Zúñiga en 1488, le con concedidos a su hijo Francisco la fortaleza de Mirabel, su lugar y sus vasallos, pechos, derechos y jurisdicciones, concesiones confirmadas por los Reyes Católicos. Con la creación de este Señorío se inicia una etapa de lucha por conseguir la independencia jurídica y política de Plasencia. En 1535, Mirabel adquiere la condición de villa. Fadrique de Zúñiga, hijo del anterior, es nombrado en esa fecha Marques de Mirabel por Carlos I. A mediados del siglo XVI, consiguen capacidad para nombrar al cura de la parroquia, con lo que se completa el proceso de transferencia de poder desde Plasencia.