Parroquia de Nuestra Señora de Consolación

Parroquia de Nuestra Señora de Consolación

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Parroquia de Nuestra Señora de la Consolación. Esta iglesia está considerada como la más importante de la provincia de Badajoz en cuanto a decoración en su estilo y la segunda en extensión, siguiendo a la magna Catedral de Badajoz.
Por Decreto 30/1993 de 23 de marzo, fue declarada Bien de Interés Cultural con categoría de monumento por la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura.

Se trata de un monumento de finales del siglo XV que responde estilísticamente a los últimos momentos del gótico, un gótico isabelino con influencias del gótico portugués o manuelino, que se mezcla con incipientes trazas renacentistas.

El edificio responde a una concepción de planta rectangular y alargada, con tres naves y ábside en forma poligonal al que se adosa la sacristía por el lado de la Epístola y otras tres capillas por el del Evangelio.

Estos espacios se cubren con bóvedas de crucería entre las que destacan, por su belleza, las estrelladas del tramo de la nave próxima a la cabecera, las del sotocoro o las de la sacristía. Diez columnas, con un diámetro superior al metro y medio, separan las tres naves.

La piedra arenisca y el ladrillo son los elementos básicos empleados en la construcción: Los sillares se utilizan en pilares, contrafuertes, recurre al ladrillo para las bóvedas y algunas superficies de los paramentos. Aparte, resulta exquisito el tratamiento ornamental a base de hojas de parra, racimos de uvas, flores, cuadrúpedos y reptiles.

La portada principal se compone de cinco cuerpos, incluidos el de las campanas y el remate final, un conjunto que alcanza los treinta y cuatro metros de altura. Aparte existen otras dos portadas: una orientada al Norte, llamada la del Perdón, y otra dispuesta hacia el Sur o lado de la Epístola.

Destaca la excelente balaustrada pétrea del coro, el púlpito, el órgano, el tesoro parroquial y la pila bautismal. Esta última es el único ejemplo comarcal realizado en barro cocido y vidriado en tono verdoso, cuyo exterior está decorado con multitud de figuras y motivos.

Las riquezas que componen el tesoro o ajuar artístico son espléndidas suntuosidades elaboradas en su mayoría en plata entre las que cabe destacar: cálices, copones, coronas, cruces procesionales, vinajeras, un incensario, un cuenco, lámparas y seis varas de palio. De incalculable valor es, sin duda, la custodia - sagrario; un magnífico ejemplar de plata en su color y sobredorada, obra del siglo XVI con basamento añadido en el XVIII, de estilo rococó. Su traza es de templete.

Además de estas piezas hay en el templo tres lámparas de plata, de las cuales dos son barrocas, una del siglo XVII y otra del XVIII. La tercera, de plata en su color y sobredorada, es de estilo purista del siglo XVII.

El mobiliario de esta iglesia ha sufrido en dos ocasiones grandes pérdidas. La primera en un incendio ocurrido el 7 de agosto de 1888 y la segunda durante la depredación de la Guerra Civil. Nada queda del zócalo de azulejos mudéjares y renacentistas que decoraba la Capilla Mayor, así como de su Retablo Mayor. El que hoy podemos contemplar es una reconstrucción a la que se incorporaron algunas piezas originales del primitivo.

Se trata de un retablo de planta ochavada, estructurado en banco, tres cuerpos, tres calles, seis entrecalles y ático sobre la calle central. Los relieves del cuerpo inferior representan la Anunciación y los desposorios de María; los del cuerpo central la Epifanía y la Natividad; los del cuerpo superior la Asunción, la Quinta Angustia y la Ascensión. El centro del retablo se dedica a la imagen titular de Nuestra Señora de la Consolación, el ático a la Crucifixión, rematándose éste con el relieve del Padre Eterno entre nubes. Las entrecalles están destinadas a los Apóstoles y otros Santos.

El retablo tipificado como tríptico y mariano, técnicamente es de talla o escultórico y de casillero por los recuadros donde se alojan los relieves y las esculturas de bulto redondo. Fue calificado por Banda y Vargas como "[...] la obra más importante que el Bajo Renacimiento sevillano dejó en tierras extremeñas".


En suma, la sabia composición de elementos góticos y renacentistas en la decoración de la torre y en la ejecución del templo, ponen de manifiesto que el maestro que la realizó era un gran conocedor de la tradición gótica y de las nuevas tendencias renacentistas; configurando uno de los más bellos y monumentales ejemplos de la arquitectura religiosa de la Baja Extremadura, que fue objeto de una acertada restauración a comienzos de la década de los noventa.

(información extraída de la página web oficial del Ayuntamiento de Azuaga www.azuaga.es)

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