La ciudad de Almería esta ubicada a los pies de un macizo montañoso coronado por la magnífica Alcazaba. Ubicada en la bahía de su nombre, Almería es una ciudad luminosa, cuyo origen se remonta a tiempos muy remotos. Almería es una ciudad que vive cara al mar, de ahí que el puerto forme parte de la misma, en su fisonomía y en su vida diaria. Dentro del puerto tiene especial interés el antiguo embarcadero de mineral, conocido como "El Cable".
Almería, cuenta con una población aproximada de 170.000 habitantes, y a 16 metros sobre el nivel del mar, está situada en el fondo del amplio golfo que lleva su nombre y que los romanos denominaron Portus Magnus. Respaldada por las sierras de Enix, Alhamilla y Gata, que la protegen de los vientos del interior, por lo que es un lugar ideal para pasar el invierno. Es la más oriental de las capitales andaluzas, enmarcada en una naturaleza insólita caracterizada por su sequedad, lo que condiciona el tipo de vegetación, por lo que en sus tierras abundan las plantas xerófilas, como palmeras, pitas y chumberas. Ocupa una extensión aproximada de 296 Km2.
El clima de Almería, es seco y templado, con un sol casi permanente, es uno de los climas más agradables de Europa, que sobrepasa las 3000 horas de sol al año. Los meses más lluviosos son los comprendidos entre diciembre y mayo; de mayo a junio la lluvia es escasa y en agosto el sol es el rey. El mes de enero, suele ser el más frío, con una media de 11,7º C y el mes de agosto, el más caluroso, registrando una media de 25,7º C siendo la media anual 18º C. Los vientos son flojos y proceden del primer y tercer cuadrante.
Económicamente el puerto es muy importante ya que por él salen los minerales de hierro y plomo, así como parte de las exportaciones de uvas, naranjas y verduras tempranas que se producen en los miles de invernaderos de los campos próximos, productos que se dirigen al norte de Europa, los cuales constituyen parte de la riqueza de esta zona. El otro pilar económico es el turismo, atraído por la bondad del clima, los bellos paisajes, el mar y una buena infraestructura hotelera y de transportes.
Almería está comunicada por tierra mar y aire. Su situación, en un extremo de la península ibérica, no facilita que sea considerada como lugar de paso, pero su apertura al mar y el desarrollo de su aeropuerto contribuyen a convertirla en una ciudad accesible desde dentro y fuera de España.
Aunque fue habitada desde la prehistoria, también se desarrollaron las culturas de Los Millares y El Argar y fue ocupada por fenicios, cartagineses, romanos, visigodos y árabes, quienes la llamaron Espejo del Mar. El asentamiento actual de la ciudad y su mayor esplendor lo conseguiría en el periodo de Al-Andalus. Al-Mariya Bayyana, origen de la ciudad actual, fue arrabal marítimo de Pechina. Llegó a ser primer puerto Al-Andalus y base naval del Califato de Córdoba en tiempos de Abderramán III.
Con la caída del Califato de Córdoba pasó a ser la capital de uno de los reinos de taifas de mayor importancia. Su industria textil contaba con más de 10.000 telares en los que se producían las más ricas sedas, terciopelos, damascos y brocados. Alfonso VII en 1147 tomó y destruyó la ciudad que representaba su mayor competencia en el comercio del Mediterráneo. Volvió después a manos musulmanas. Jaime II de Aragón intentó de nuevo la toma de la ciudad en 1309. La conquista definitiva se llevó a cabo en 1489 por los Reyes Católicos.
En el siglo XVI sufrió una serie de terremotos en 1512, 1522 y 1550, además de continuados ataques de los piratas berberiscos que ocuparon su alcazaba. En el siglo XIX seguía perteneciendo al reino de Granada hasta que en el año 1833 se reorganizó el territorio español en provincias, Almería se convierte en capital de la provincia de su mismo nombre.
La explotación extranjera de sus minas dio a Almería un considerable empuje, pero se frenó con la retirada de la compañía explotadora a los primeros signos de problemas en la comercialización de los productos. En la actualidad, su economía se basa en el turismo y en los cultivos de invernadero, es la huerta de invierno de Europa. Igualmente, en los últimos años ha experimentado un alza en demanda y calidad de los productos artesanales.
Presidida por su imponente Alcazaba, de planta irregular, desde sus adarves se ofrece una extraordinaria panorámica de la ciudad y el puerto. A los pies de la Alcazaba se encuentra el barrio más típico "La Chanca" con sus casas policromadas y pintorescas.
En la parte antigua de la ciudad, con un trazado caprichoso y laberíntico, predominan las casas encaladas, que dan carácter a la ciudad, mientras que en las partes más modernas se abren amplias y hermosas avenidas, a veces hornadas con verdes filas de palmeras. Almería está cruzada por la Rambla de Belén, cauce normalmente seco que sólo lleva agua cuando llueve abundantemente, la cual desemboca entre el puerto y las playas Almadravillas y Zapillo, que están en la misma población.
En el centro, la Catedral, construida a modo de fortaleza para protegerla de los ataques de piratas, de ahí que su mayor interés está en el interior. Además se pueden visitar los Jardines del Malecón, el barrio del Muelle de San Pedro, la plaza de la Puerta de Purchena, la plaza Vieja o la de la Virgen del Mar. También las iglesias de Santiago, San Pedro y San Sebastián; así como el Museo Arqueológico, La Muralla de Hayrán, Los Aljibes Árabes y la plaza de Toros entre otros sitios de interés
Parte de su término está incluido en el Paraje Natural Sierra de Alhamilla, lugar de gran interés ecológico y paisajístico por su abundante vegetación, consistente en un bosque de encinas muy bien conservado y bosques de pinos de repoblación, y por su importancia ornitológica. Posee también Almería playas de interés para disfrutar del turismo de sol y playa, cuenta con buenísimas infraestructuras para atender satisfactoriamente a todos los visitantes que eligen esta ciudad como destino de vacaciones y ocio.
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