Qué ver en Viveros

Viveros está ubicado entre la sierra de Alcaraz y La Mancha. Fue hasta el siglo XIX una aldea de Alcaraz; por tanto, su vida está totalmente vinculada a su población matriz.

El pueblo posee una parroquia de San Bartolomé la cual consta de nave única y presbiterio cuadrado cubierto con cúpula. El templo ha sufrido numerosas reformas a lo largo del tiempo.

En el interior se conservan varios retablos barrocos, de los que destaca el más grande que tiene un relieve que reproduce el martirio de San Bartolomé.

En el exterior destaca la torre-campanario de aspecto macizo, la portada del lado de la epístola con un sobrio y elegante diseño renacentista y arco de medio punto, y al centro una hornacina que pudo ser una ventana con frontón y bolas escurialenses.

La vegetación de esta zona es la típica de un clima continental duro. En los parajes no cultivados abundan el tomillo, el romero, el espino, la retama (de belleza inesperada cuando está en flor), la aliaga y la iniesta (antiguo combustible para chuscarrar los cerdos). En zonas más fértiles quedan vestigios de sabinas, robles y carrascas.

En las pocas zonas húmedas que quedan crecen los olmos, los álamos, el carrizo y en algún punto el "barresanto", materia prima de las escobas de nuestros antepasados.

En cuanto a la fauna, abundan los animales de caza menor como la perdiz, la liebre, el conejo, la codorniz y la torcaz. También aparecen animales de mayor tamaño como el jabalí, el zorro y otros menores como la comadreja o el turón; pero la reina de los cielos de Viveros es sin duda la avutarda, en grave peligro de extinción pero que está omnipresente en los campos de los alrededores.

Otros lugares típicos para visitar son el nacimiento del rio Pinilla, padre del Guadiana, donde se encuentra nuestra ermita de la Virgen de Pinilla, de estilo mudéjar y que data del siglo XII y las fuentes y lavaderos que conservan el sabor y el encanto ancestral de los pequeños pueblos manchegos.