Los orígenes de la localidad son muy remotos, incluso se habla de la época cartaginés.
En el siglo XIII fue reconquistada, pasando a ser fuero cristiano del rey Alfonso VIII y convirtiéndose en frontera con el reino musulman de Murcia.
Antiguamente la población se encontraba situada en el interior de las murallas de la fortaleza, lo cual le proporcionaba un carácter inexpugnable pero con el alejamiento de las fronteras musulmanas se fue edificando fuera de dichas murallas y así en el siglo XVIII toda la villa se encontraba en los pies de la fortaleza.
Alcaraz repobló la población en el siglo XIV y no obtuvo su autonomía como villa hasta el reinado de Carlos I.