Este pequeño pueblo, se encuentra enclavado en una zona de gran riqueza natural, y conserva importantes restos de su pasado amurallado.
En sus calles, existen gran cantidad de casas señoriales blasonadas, y otros edificios cuyo valor artístico es destacable.
La Iglesia parroquial es una construcción de estilo románico, pero ha sido reconstruida posteriormente, en varias ocasiones. Destaca su hermosa torre barroca, que fue construida en el s. XVI y la elegante portada de estilo románico de transición al gótico, con arquivoltas finamente decoradas.
En la plaza de la villa, se encuentra la antigua Casa Consistorial, que data del s. XVI, la Casa del duque de Híjar de finales del XVII y la Casa Cural, gran edificio de interesante arquitectura.
No olvide visitar los resto de las murallas. Destaca sobre todo la puerta sur de acceso a la villa, que conserva un cadalso de madera con entramado de ladrillo entre sus dos torreones.
Teresa Beitia