La ermita, situada en las laderas del Monte San Gregorio, es un sencillo edificio que en la actualidad es la suma de varios anteriores. Parece que la parte de atrás es la más antigua, que se construyó en el S.XV, bajo la supervisión del Arzobispo Rodrigo de Luna. Muestra de ello es el escudo que se conserva, que representa a su familia. El resto del edificio son añadidos y ampliaciones llevados a cabo con posterioridad. Posee una sepultura gótica de San Gregorio, ermitaño que cuidaba el antiguo edificio. La fachada principal con la torre parece que data de principios del S.XIX, y el atrio se hizo en este siglo. El conjunto escultórico de las piedras que acogen la imagen pétrea de Santiaguiño, situado cerca de la hermita son anteriores al S.XVII.
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