Una casa preciosa y acogedora a poca distancia de las fantásticas costas guipuzcoana y francesa. Un oasis de paz entre frutales y un trato cercano y entrañable capaz de conseguir que, también en vacaciones, te sientas como en casa.
Genial.Lo que me ha gustado es que gracias a su ubicación estás enseguida en cualquier punto que quieras visitar.En Julio volvemos.Limpio y tranquilo.
Ana nos ha tratado genial.Gracias por todo.