La casa es preciosa. Un lugar para relajarse y desconectar de la ciudad. Fuimos 4 familias con 6 niños que se lo pasaron en grande. Estaba todo vallado y podíamos disfrutar de que no había ningún peligro para los niños, que no pararon de jugar en todo el día. Dar de comer a los burros, el futbolín, los columpios, ver las estrellas por la noche, un paseo por el río. Sin duda la mejor casa rural que hemos estado. Súper recomendable