Han sido unos días inolvidables. Relax a la luz de la luna, aire puro, paseos y la fantástica compañía de los habitantes de La Llosa; los perros (los mejores amigos de mi hijo de 5 años), y también los gallos, las gallinas, los toros y vacas que estaban por allí. Y la comida... ummmmm comimos los huevos de las gallinas que nos visitaban al atardecer, y productos del huerto de Marta, la dueña, súper amable y atenta.
¡Volveremos lo antes posible! Mi hijo espera con impaciencia volver a ver a la Rondi, una perrita, su mejor amiga. :-)
¡Volveremos lo antes posible! Mi hijo espera con impaciencia volver a ver a la Rondi, una perrita, su mejor amiga. :-)