Es una pena que una web no pueda hacer justicia a esta casa. La acojedora bienvenida de los duñes, el lugar de ensueño, perdido entre valles y a la orilla de un riachuelo (su murmullo será el único sonido) y el gusto a la hora de rehabilitar una casa a base de piedra y madera, no puede sentirse si no se vive. Lo recomiendo 100% para los que quieran desconectar. Después de un fin de semana, es como librarse del peso de la ciudad, y perderse en la naturaleza