Nos alojamos en Agosto en el Pomar. El entorno es precioso y el conjunto con la hostería digno de una postal. Nuestra estancia fue perfecta y seguro que volveremos pues el sitio nos encanto. Con ánimo de que puedan mejorar algunas cosillas y no de critica, recomendaríamos no cerrar la piscina a medio día, ya que viajábamos con niños y la echamos en falta, no debimos ser los únicos puesto que había cola a la hora de abrir las puertas. La habitación podría mejorarse en pequeños detalles, las colchas estaban manchadas y las cortinas rotas. En el desayuno el servicio fue muy mejorable, no se si por la afluencia masiva de clientes o por el desempeño de los camareros. Pero quiero destacar que nuestra estancia fue muy agradable y quedamos muy satisfechos.