La casa está en un lugar perfecto para desconectar y pasar unos días en plena naturaleza, las vistas a la sierra son magníficas, la casa muy limpia y con todo lo necesario, no le faltaba detalle, Araceli, la dueña muy atenta y siempre disponible para cualquier cosa que pudiéramos necesitar, nos dejaron un bizcocho (muy bueno) y una botella de aceite ecológico de su producción, un lugar muy recomendable, esperamos volver pronto.