No es ninguna cosa nueva
pues nuestros antepasados
ya quedaron retratados
en sus paredes de cueva,
abrazando al arco iris
o el chamán en sus quehaceres ;
no dejamos de ser seres
que a Yahvé, Alá u Osiris,
según el lugar y fecha,
en las noches de vigilia,
cuando el mal ronda y acecha
(los demonios de la Biblia),
encomiendan la cosecha
el hogar y la familia.
En comarca velezana que antaño fue Señorío,
entre pueblos de igual nombre y diferente adjetivo
hubo a quien le dio la gana, hace 2 generaciones,
de construir un cortijo ;
teniendo un miedo tremendo a morir ahogado
(no tenía ni botijo)
entre fincas de almendros se buscó un acantilado
y en él adosó la casa, haciendo perforaciones,
supongo que a pico y pala.
La solución no fue mala
(hubiera sido una pena)
y con el correr del tiempo
tórnose en casa rural
con vista fenomenal
al valle del Turruquena.
pues nuestros antepasados
ya quedaron retratados
en sus paredes de cueva,
abrazando al arco iris
o el chamán en sus quehaceres ;
no dejamos de ser seres
que a Yahvé, Alá u Osiris,
según el lugar y fecha,
en las noches de vigilia,
cuando el mal ronda y acecha
(los demonios de la Biblia),
encomiendan la cosecha
el hogar y la familia.
En comarca velezana que antaño fue Señorío,
entre pueblos de igual nombre y diferente adjetivo
hubo a quien le dio la gana, hace 2 generaciones,
de construir un cortijo ;
teniendo un miedo tremendo a morir ahogado
(no tenía ni botijo)
entre fincas de almendros se buscó un acantilado
y en él adosó la casa, haciendo perforaciones,
supongo que a pico y pala.
La solución no fue mala
(hubiera sido una pena)
y con el correr del tiempo
tórnose en casa rural
con vista fenomenal
al valle del Turruquena.