Estuvimos un grupo de matrimonios con niños de 3-2 años y bebés de 1 año durante el fin de semana y el Lunes. Fue fantástico, estuvimos genial, la casa está muy bien equipada, acogedora y limpia. La dueña Eva nos facilitó el contacto del carnicero/panadero del pueblo (queríamos probar el famoso ternasco de Aragón y sus embutidos) y nos recogió la compra para que la tuviésemos el viernes por la noche cuando llegásemos. El pueblo es pequeñito, pero nosotros cuando vamos de casa rural no salimos de esta y lo poco que salimos fue para encargar en el bar del pueblo (Casa Perico) unas deliciosas migas de pastor y para ir al parque infantil del pueblo. Pero sabemos por otras veces que hemos estado por la zona que está muy bien ubicado para hacer turismo.