Mi esposa y yo visitamos el lugar el año pasado en plena pandemia, y nos preocupó que no pudiéramos cenar ni desayunar dentro de la casa debido a las restricciones estatales. Sin embargo, después de hablar con Belén, nuestra experiencia cambió drásticamente. La casa es enorme y bellamente situada, pero el verdadero tesoro es Belén, una anfitriona increíble que nos mostró los mejores lugares para visitar, comer y explorar. Definitivamente, volveremos. Gracias, Belén, y bendiciones para tu familia también.