Estuvimos un grupo amplio para unas vacaciones de desconexión rural. La finca superó todas nuestras expectativas. Las casas están completamente nuevas, con habitaciones con baño propio, unos salones amplísimos y las cocinas con neveras con gran capacidad para grupos. Contratamos la comida y fue todo un acierto, las dos mujeres que nos cocinaron eran encantadoras. Todas las medidas COVID se siguieron a rajatabla. Y en cuanto a la finca, perfecta para pasear, ir hasta el rio, darse un chapuzón e incluso desayunar al aire libre en las mesas de fuera. Muy muy recomendable.