La verdad es que no tengo más que buenas palabras para la masía, para Víctor, para María José, el entorno, la tranquilidad y todos los alrededores.
Y no digamos nada de la comida, el trato y la buena voluntad. La única pega es la distancia y la pista que va desde Peñarroya, pero de verdad que no deja de ser un ratito y merece la pena sentirse Carlos Sáinz para llegar allí (es broma, no hay ningún peligro yendo con calma, pero para un madrileño como yo no es costumbre conducir por pistas así).
Ha sido un verdadero placer pasar allí los cuatro días. 100% recomendable.
Las fotos son con el móvil, pero muestran la masía y la vista de Peñarroya desde la habitación.
Y no digamos nada de la comida, el trato y la buena voluntad. La única pega es la distancia y la pista que va desde Peñarroya, pero de verdad que no deja de ser un ratito y merece la pena sentirse Carlos Sáinz para llegar allí (es broma, no hay ningún peligro yendo con calma, pero para un madrileño como yo no es costumbre conducir por pistas así).
Ha sido un verdadero placer pasar allí los cuatro días. 100% recomendable.
Las fotos son con el móvil, pero muestran la masía y la vista de Peñarroya desde la habitación.